La Iglesia Católica advirtió sobre un clima de “desconfianza” en sectores de la sociedad boliviana por el temor a una posible “manipulación” de los resultados de las elecciones del 20 de octubre, lo que fue rechazado por el gobierno.
“No podemos desconocer que acudimos a estas elecciones en un clima de desconfianza, como han manifestado públicamente muchos sectores de la población, por el temor de una posible manipulación del proceso electoral“, señaló la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB) en un comunicado.
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En las últimas semanas partidos y analistas políticos han alertado que el padrón electoral de 7,3 millones de votantes está sobredimensionado en favor del oficialismo y han cuestionado al Tribunal Supremo Electoral, al que acusan de estar subordinado al gobierno.
La CEB destacó que las elecciones “se fundamentan en el respeto al voto personal, secreto y libre de cada ciudadano, por eso deben llevarse a cabo de forma transparente y bajo el estricto control de los veedores internacionales, los jurados electorales, los partidos políticos y los mismos electores”.
Tras la declaración de los obispos, el vicepresidente boliviano Álvaro García, quien repostula al cargo junto al presidente Evo Morales, afirmó que es imposible manipular los resultados de los comicios.
“Es imposible manipular los votos o intentar hacer fraude, porque es un sistema auditado internacionalmente por la OEA que hace que la emisión del voto, el conteo de voto, sea lo más transparente, lo más seguro y sin ninguna distorsión“, aseveró García, quien acompaña en el cargo a Morales desde 2006.
En los comicios serán elegidos el presidente y el vicepresidente, así como los 166 miembros del Congreso bicameral, para el periodo 2020-2025.
De acuerdo a los últimos sondeos, Morales lidera la intención de voto sobre el opositor y expresidente Carlos Mesa, pero podría ser necesario un balotaje entre ambos.
Morales tuvo frecuentes roces con la cúpula católica en sus primeros años en el poder, pero las tensiones se han reducido en el último tiempo.
