Varios académicos de la Universidad de Chile advirtieron respecto los riesgos de construir sobre la falla de San Ramón. La misma está activa y que puede afectar a más de 1,7 millones de personas que habitan la zona, dado su potencial sísmico que podría ser superior al del 27-F, según lo que comunicaron los mencionados. Cabe destacar que el 55% de la superficie de esta es construida como parte del crecimiento exponencial que ha tenido Santiago en las últimas cuatro décadas.
Un investigador del Programa de Reducción de Riesgos y Desastres de la Universidad de Chile, Gabriel Easton, comentó que la falla pasa por todas las comunas situadas a los pies del frente cordillerano a lo largo de más de 25-30 km. A su vez, son 50 km si se considera también Pirque y Lo Barnechea.
«Actualmente desarrollamos un proyecto Fondecyt (1190734), sobre la planificación urbana en riesgo de la Falla San Ramón, con lo cual estamos precisando aún más su ubicación a partir de datos topográficos de alta resolución LiDAR y la próxima realización de nuevas trincheras paleo sismológicas. Cada vez, los antecedentes que recabamos nos confirman su importancia en cuanto estructura geológica activa, capaz de generar terremotos corticales y con posibilidad de ruptura en superficie», comentó Easton.
Por su parte, Easton también comunicó lo siguiente: «Es necesario que el Plan Regulador Metropolitano de Santiago (PRMS) y los comunales, consideren la falla San Ramón porque es urgente evitar que se siga construyendo directamente sobre ella, independientemente de cuándo ocurrirá un próximo gran terremoto con ruptura superficial».
«Es necesario también que la normativa sísmica (NCH433) incorpore ésta y otras fallas geológicas, asumiendo que ocurrirán terremotos en estructuras activas, porque en fallas de este tipo los terremotos ocurren mucho más espaciados en el tiempo que por ejemplo aquellos de subducción, por ende su probabilidad de ocurrencia es menor, pero de todos modos ocurren y su impacto potencial puede ser localmente mucho mayor», explicó el académico.
Sonia Pérez, académica de la Facultad de Ciencias Sociales y actual vicerrectora de Asuntos Estudiantiles y Comunitarios, dictó que «la planificación urbana debiera entregar esa información para que las personas puedan tomar decisiones autónomas respecto de dónde y cómo quieren vivir. En la zona hay que convivir con el riesgo y eso implica tener estrategias comunitarias para hacer frente a los problemas que ocasionaría un terremoto. Estrategias que no pueden ser planificadas si no se informan dónde y cómo estamos expuestos a la amenaza».