«Hay dos razones para celebrar y ser feliz», dijo el alcalde; «Ustedes celebran que se casan, pero también están celebrando el derecho a que se les permita casarse», dijo a los presentes en ese momento, hace 20 años.
El 1 de abril de 2001, minutos después de medianoche, el alcalde de Ámsterdam unió en matrimonio a cuatro parejas homosexuales. Fueron los primeros ‘sí quiero’ del mundo entre personas del mismo sexo, tras su legalización en Países Bajos.
Desde entonces, 28 países han seguido su ejemplo. La mayoría en Europa. Solo un país de Asia permite el matrimonio entre personas del mismo sexo, y eso es Taiwán. En África, Sudáfrica es el único país que otorga a las parejas del mismo sexo el derecho a contraer matrimonio. Las relaciones entre personas del mismo sexo aun están prohibidas en 70 países de todo el mundo, en el 2021.
En Guatemala se han propuesto leyes más estrictas. El presidente polaco ganó las elecciones el año pasado después de una campaña que condenó enérgicamente las relaciones entre personas del mismo sexo, calificándolas de «más destructivas que el comunismo».
Varios países de la antigua Europa del Este se oponen firmemente o son escépticos al matrimonio entre personas del mismo sexo, mientras que ahora está permitido en 16 países de Europa Occidental. Suiza puede al parecer ser el próximo.
En otras partes del mundo, el matrimonio entre personas del mismo sexo es legal, en los Estados Unidos, Costa Rica; cinco países de América del Sur; Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador, Uruguay y Costa Rica, y en la mayoría de los 32 estados de México, Australia y Nueva Zelanda. En Noruega, se convirtió en ley el 1 de enero del 2009.
Sumados, estos países albergan a unos 1 200 millones de personas, aproximadamente el 15% de la población mundial. La legalización se produjo de varias maneras: a través de sentencias judiciales, de la legislación y, en el caso de Irlanda, por un rotundo respaldo de los votantes en un referéndum nacional celebrado en 2015.