Este martes, un fuerte estruendo sacudió la zona de Gulistan en Daca, la capital de Bangladés, dejando un saldo de al menos 16 muertos y más de cien heridos, informaron las autoridades y medios locales.
El estallido, cuya causa aún se desconoce, afectó principalmente a un edificio de siete plantas que se encuentra en las inmediaciones de una gran estación de autobuses y un mercado cercano. La detonación fue tan potente que los vidrios de los edificios cercanos se rompieron y se generó una gran columna de humo que se podía ver desde varios puntos de la ciudad.
Los equipos de rescate llegaron rápidamente al lugar para evacuar a los heridos y remover los escombros en busca de personas atrapadas. Se informó que varias personas aún estaban bajo los escombros del edificio. Las autoridades han desplegado alrededor de 20 ambulancias para transportar a los heridos a hospitales cercanos, y han instado a la población a donar sangre para atender a los pacientes que lo necesiten.
La zona afectada es conocida por ser una zona comercial y de tránsito muy concurrida, lo que ha generado una gran preocupación por la posibilidad de que haya más víctimas. Los servicios de emergencia han recomendado a las personas que eviten acercarse al lugar de la explosión para facilitar las labores de rescate.
El primer ministro de Bangladés, Sheikh Hasina, expresó sus condolencias a las familias de los fallecidos y ordenó a las autoridades que brinden toda la ayuda necesaria a los afectados por el siniestro. También instruyó a los servicios de inteligencia para que investiguen el origen de la explosión y determinen las causas que la originaron.
Este trágico suceso se suma a una serie de accidentes similares que han ocurrido en los últimos años en Bangladés, donde la seguridad en los edificios y la protección de los trabajadores han sido cuestionadas en varias ocasiones. La industria del textil y la confección, por ejemplo, ha sido escenario de accidentes mortales, como el colapso de un edificio en 2013 que dejó más de 1.100 personas fallecidas.