Una estrella fugitiva, o sea muy veloz respecto a su entorno, puede estar detrás de la brusca atenuación del brillo de la corona de un lejano agujero negro supermasivo que se registró hace dos años y que se revirtió en el transcurso de varios meses terrestres.
Un grupo de astrónomos de EE.UU., Chile y otros países llegó a esta idea después de que eventuales explosiones de supernovas monitoreadas permanentemente por una red de telescopios dentro del proyecto
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