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El fundador de Microsoft, Bill Gates, ha aseverado que trató de advertir a Donald Trump sobre los peligros de un brote viral importante en diciembre de 2016, poco después de que se convirtiera en presidente electo de EE.UU., y se siente culpable por no haber insistido más en su argumento.
Este multimillonario y filántropo estadounidense decidió hace años que, cuando se reuniera “con personas importantes” en todo el mundo, “hablaría sobre ese riesgo de pandemia”, según declaró al diario The Wall Street Journal.
Gates se siente “fatal”, debido a que “la idea [rml_read_more]principal” de ese encuentro con Trump era que se podían “tomar medidas y minimizar el daño”: “Ojalá hubiera hecho más para llamar la atención sobre el peligro”, se lamentó durante esa entrevista.
En ese sentido, Bill Gates señaló que muchos líderes mundiales estuvieron de acuerdo con su consejo, pero pocos tomaron medidas para prepararse y eso hizo que buscara posibles soluciones por su cuenta.
Así, cuando preguntó acerca de los virus respiratorios, la importancia de las escuelas y las cuarentenas, en cuánto se puede reducir la transmisión o hasta si las máscaras realmente ayudan o no “todas esas preguntas no tenían respuestas sólidas”.
Este emprendedor tecnológico y su esposa crearon la Fundación Bill y Melinda Gates en 2000 y, desde entonces, han ofrecido ayuda para encontrar tratamientos que permitieran paliar diversas crisis de salud, como las provocadas por los virus del Ébola y el Zika.
Hoy en día, los esfuerzos de esa organización se centran en minimizar la pandemia mundial de covid-19: ya ha dedicado unos 250 millones de dólares para combatir esa enfermedad con la esperanza de encontrar una vacuna.
Respecto a las tareas relacionadas con el desarrollo de un remedio contra el SARS-CoV-2, Bill Gates “todos los días” piensa si se van a quedar sin recipientes de vidrio porque “nadie ha fabricado nunca 7.000 millones de vacunas”.
