El presidente de Irán, Hasán Rohaní, ha declarado durante una ceremonia que conmemora el aniversario del comienzo de la guerra que enfrentó a la República Islámica con Irak que la interferencia de las fuerzas extranjeras en la región aumenta la “inseguridad”.
Además, el mandatario ha anunciado que en los próximos días Teherán presentará ante la ONU un proyecto de cooperación regional para garantizar la seguridad en el golfo Pérsico, el estrecho de Ormuz y el golfo de Omán.
Estas declaraciones se producen apenas dos días después de que el presidente de EE.UU., Donald Trump, aprobara el despliegue de fuerzas adicionales en Oriente Medio para proteger a Arabia Saudita tras el ataque contra sus instalaciones petroleras del pasado fin de semana.
En medio de la creciente tensión entre Irán y EE.UU., el ministro de Exteriores iraní, Mohammad Javad Zarif, ha mostrado su escepticismo ante la posibilidad de que se pueda “evitar una guerra”, si bien subraya que Teherán no será en ningún caso quien la comience.
“No estoy seguro de que podamos evitar una guerra. Estoy seguro de que no comenzaremos una”, ha recalcado Zarif en una entrevista con CBS que se emitirá este domingo.
El ministro ha aseverado también que “quien inicie una [guerra] no será el que la termine”, precisando que “eso significa que no habrá una guerra limitada”.
Por otro lado, el canciller iraní ha tildado de “postureo” y de paso en “la dirección equivocada” la decisión de EE.UU. de enviar tropas y equipos de defensa adicionales a Arabia Saudita en respuesta a los ataques. “No creo que este tipo de postureo ayude. Creo que lo que ayudaría sería poner fin a la guerra en Yemen”, ha indicado.
Asimismo, Zarif asegura en la entrevista que Washington le dejó claro que él no es bienvenido en la Asamblea General de las Naciones Unidas en la ciudad de Nueva York la próxima semana.
“Dejaron muy claro en una carta que adjuntaron a mi visado que no soy apto para obtener un visado, pero que lo están haciendo en forma de exención”, relató el jefe de la diplomacia iraní. Y agregó: “Quieren que sepa que no debo estar aquí”.
Sus declaraciones llegan en medio de un clima de creciente tensión después de que el 14 de septiembre un grupo de drones lanzara un ataque contra dos refinerías de petróleo de la compañía Saudi Aramco ubicadas al este del país, lo que hizo que la producción de crudo saudita se desplomara durante varios días casi a la mitad, quedando reducida a 5 millones de barriles diarios. Aunque la acción fue reivindicada por las fuerzas rebeldes hutíes de Yemen, Washington acusa a Teherán de estar detrás de estos ataques. Desde el país persa lo niegan y tachan las acusaciones de “mentiras absolutas”.