Durante los últimos días, las playas de la región de Otago, en el sureste de Nueva Zelanda, se tiñeron de color rojo, reportan medios locales. El motivo está relacionado con el varamiento y muerte de langostillas rojas que se aferran instintivamente a la arena costera durante la marea alta para reproducirse, y luego perecen cuando la bajamar ocurre.
Un medio local pudo hablar con el Dr. John Zeldis, ecólogo marino del Centro Nacional para el Agua y la Ciencia Atmosférica de Nueva Zelanda, quien confirmó que franjas enteras de la costa en esa región del país oceánico tienen ese color por los cadáveres de la científicamente conocida como ‘munida
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