El gobierno de Suecia, que no ha impuesto medidas restrictivas como cuarentenas y ha apuntado a la responsabilidad civil como herramienta para combatir la pandemia, admitió que subestimó la segunda ola de contagios de Covid-19.
“Creo que la mayoría de la gente no vio la ola frente a ellos”, dijo Stefan Löfven, primer ministro sueco, al periódico Aftonbladet.
Anders Tegnell, epidemiólogo responsable de la estrategia del país nórdico, dijo en Septiembre que “en Suecia no habrá una segunda ola”, pero ahora, ante las cifras, el primer ministro pide repetidamente a su ciudadanía que “salga solamente a las compras o a la farmacia y se junte solo con los miembros de su entorno familiar”.
Suecia, con diez millones de habitantes, ha registrado más de 348 mil casos y supera las 7.800 muertes. La semana pasada había un 99% de ocupación de las camas de cuidados intensivos en Estocolmo, y un 80% a nivel nacional.
El promedio de contagios y muertes per cápita de Suecia en los últimos siete días supera a Reino Unido, Francia y España. Aunque sus muertes totales son más bajas, su tasa de mortalidad de 71,65 por 100 mil habitantes es cinco veces mayor que la de Dinamarca, y 10 veces superior a las de Noruega y Finlandia.
Una comisión creada para analizar la estrategia utilizada por las autoridades determinó que el Gobierno fracasó, por ejemplo, en proteger a los ancianos. Mats Melin, presidente de la instancia, señaló en una conferencia de prensa que el cuidado de los adultos mayores en Suecia tiene graves deficiencias estructurales y que el país no está preparado ni bien equipado para enfrentar la pandemia.
Además, los expertos coincidieron en que varias medidas tomadas en la primavera europea fueron insuficientes y tardías. Melin culpó a varias autoridades y organizaciones de las deficiencias en el sistema de salud sueco. Sin embargo, aclararon que “el Ejecutivo gobierna el país y, por lo tanto, la responsabilidad última recae en el gobierno y los gobiernos anteriores”, dijo el líder de la comisión.